El fanal

Blog personal de Alfredo Márquez abierto a la discusión de asuntos relacionados con la educación (TIC, lectura de imágenes, diversidad, etc.), la justicia, los derechos sociales y la lucha contra la pobreza

jueves, noviembre 30, 2006

"A VIVIR QUE SON DOS DÍAS" COMPRENDE LOS EXCESOS DE LA PUBLICIDAD



En no pocas ocasiones he podido oír a diversos contertulios de este programa de la SER plantear la gran receta a cada problema social al que se enfrentan: la escuela.
Se trate de educar al joven consumidor, o se trate de evitar que un futuro maltratadorlo sea: ¡la escuela (en sentido amplio) es la solución! Si el objetivo es reducir el exceso de proteínas que los chavales se meten al estómago o de poner freno al consumo de bebidas alcohólicas, ¡no hay más solución que la escuela!
Es de agradecer que nos tengan en tanta estima, que confién de manera tan sorprendente en nuestros superpoderes. Pero es que hay un pequeño problema, o varios grandes problemas:
- En primer lugar, distamos de ser superhéroes.
- Pero, sobre todo, no deseamos y, ante todo, los muchachos no son beneficiados por ese exceso de confianza que los medios de comunicación nos otorgan (los periodistas también son padres) y que viene bien al deseo de ciertos padres por delegar la mayoría de sus funciones en el sufrido profesorado.
Pero hete aquí que el pasado domingo hablaban sobre los excesos de ciertas asociaciones y de ciertos consumidores a la hora de criticar los contenidos de algún que otro anuncio publicitario. En resumen, "los técnicos" venían a concluir con una frase muy cañí: "¡Algunos se la cogen con papel de fumar!".
Yo, quizá, soy de esos. Yo, hasta con papel de seda o de arroz y más cuando es un medio de comunicación quien defiende la publicidad, sus productos y a los pubilistas. Por algo muy sencillo, es la fuente principal de sus ingresos: el pan de sus hijos, dirían. Y no son capaces del distanciamiento racional lógico que les haga ver cosas como:
- Anuncios con alto contenido machista, como el último de no sé qué cadena de hamburguesas, que nos insta a "comer como hombres" y zamparnos una doble o triple de hamburguesas. ¡Allá el que que quiera suicidarse poco a poco, pero que no nos toquen los c... a los que no nos gustan las hamburguesas, sino ls garbanzis!
- Anuncios de alto contenido sexista. Hace un par de semanas EL PAÍS SEMANAL nos "regaló" a los lectores un especial CASA. Estas fueron mis pesquisas:
  • 39 anuncios de página completa encontré.
  • De ellos, 17 contaban con presencia femenina o iban dirigidos a las mujeres.
  • Otros 17 no tenían receptor sexuado.
  • 4 eran los dirigidos a la pareja heterosexual.
  • Y sólo 1 al hombre en exclusiva
  • Y lo peor de todo, el estereotipo de mujer que difundía EL PAÍS con ese conjunto de anuncios no er muy gratificante ara la mujer: dueña y ama de la casa, relajada y descansada (no trbajadora), preocupada por su belleza y su capacidad de encantar al esposo-guerrero-trabajador, etc. Técnicas, colores, vestidos, adorno todos muy modernos y sugerentes, pero, al final, el modelo de mujer que debería haber caducado hace 20 años.
- Anuncios que no benefician la salud, sino que crean y manipulan las obsesiones al consumidor hacia el agua que adelgaza, los bífidus que te ayudan a..., el botecito de no sé que que te protege más que la leche de teta, etc.
Y todo esto porque los medios de comunicación no son, ni más ni menos, que una forma de concentrar consumidores ante la publicidad. La lucha por la audiencia esconde realmente el afán por concentrar el mayor número posible de ojos y oídos ante el escaparate del mercado: importan los segmentos publicitarios y a ellos están subordinados los magazines, las telenovelas, las series, los partidos de fútbol, los reportajes, las noticias y hasta los muertos de Iraq retransmitidos.

2 Comments:

At 6:23 p. m., Blogger primeradecua said...

Tiene doda la razón.
La publicidad es brutal.
He pasado mucho tiempo esquivando televisión y periódicos; ayer vi la tele un rato por que estos la tenían puesta y vi un anuncio de una cadena de comidad rápida y era asombroso ver como los publicistas utilizaban metodologías de expresión psicológica con un descaro y una fuerza que no hay que ser un teórico del tema para darse cuenta del acoso y tumbado hacia el espectador. Antes lo hacían de manera más subliminal, pero ahora parece que es conseguir lo que sea por lo que valga.
Los diseños son un descaro en aspectos como la macrolegibilidad, el uso del color y las emociones más básicas.
Kill your T.V, es el consejo.
Un abrazo.
Alí.

 
At 6:20 p. m., Blogger Alfredo Márquez said...

Imagino, José Alberto, que te refieres al anuncio de "¿Come como un hombre!". El ministerio correspondiente, ciertas asociaciones y algún periódico ya les ha dado caña por la bestial apología del consumo de grasa animal y del exceso en el consumo de proteínas. Yo estoy de acuerdo con eso y no insisto.
Pero voy a otra faceta sobre el papel de la publicidad como productora y reproductora de estereotipos: la apología del machismo extremo, la glotonería y la violencia como valor masculino y no hablemos de la imbecilidad (protagonizada por el individuo al que tiran el Chrisller -publicidad implícita- por el puente y, además, se une a la manifestación de orgullosos machos).
A todo esto, no olvidemos que a menor capacidad cultural mayor permeabilidad (o indefensión) ante los mensajes persuasivos.
Alí, por favor, explícame qué significa eso de "macrolegibilidad".

 

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