El fanal

Blog personal de Alfredo Márquez abierto a la discusión de asuntos relacionados con la educación (TIC, lectura de imágenes, diversidad, etc.), la justicia, los derechos sociales y la lucha contra la pobreza

sábado, diciembre 16, 2006

LAS HORDAS ROJAS... Y BLANCAS



Allá por los inicios de noviembre, lo vi por primera vez. Era pequeño, con pelo y barba largos y blancos, vestía casi por entero de color rojo, excepto el cinturón y los zapatos, que eran negros; tenía una mochila, también negra. Me llamó la atención que a plena luz del día no le importase que lo descubrieran colgado de un balcón y en actitud propia de un LADRÓN.
A los pocos días, clones del personaje se me iban apareciendo por donde quiera que caminase. Unos más pequeños, otros más grandes, se multiplicaban exponencialmente. Los veía subir por las rejas de las ventanas de los pisos bajos, encaramarse a los balcones ayudándose de una escala, pisar las macetas para mirar en el interior de las viviendas e, incluso, bajar en parapente.
Los vi trabajar en solitario y también realizar la ascensión en grupos de dos, tres y ¡hasta un grupo de seis en perfecta coordinación!
A estas alturas del mes de diciembre, no sé si estoy obsesionado, e imagino a estos viejos-enanos vestidos-de-anuncio-de-Coca-Cola por todas partes, o es que realmente LA INVASIÓN ESTÁ EN MARCHA.
Pero, es más, hoy, al salir a comprar el pan y el periódico (como todo buen burgués) en este sabadete, me he encontrado con uno en el balcón de uno de mis vecinos. He subido a avisarle que le entraba alguien por el balcón, pero nadie me ha abierto la puerta. Estoy asustado: ¿estarán mis vecinos secuestrados?
Intento tranquilizarme y me voy al ordenador. ¡Internet, qué idea! Como internet lo soluciona todo, me pongo a consultar.
¡Voilà, eureka, lo encontré! SE TRATA, ni más ni menos, QUE DE UNA CREACIÓN DE LA COCA-COLA. Descrubrí que fue Haddom Sundblom, ilustrador de la marca durante muchos años, de origen sueco y al que, por cierto, no le gustaba el sabor de Coca-Cola, el que en 1931 diseñó este personaje.
Luego, entonces, no tengo por qué preocuparme, ¿no? Si se trata de esto, lo que creía una invasión debe ser algo así como una campaña de marketing publicitario masivo. Pero, ¿por qué no llevan el nombre de la bebida en su ropa?, ¿por qué no llevan, ni siquiera, una botellita de Coca? Uy, uy, creo que vuelvo a estar asustado y sigo comiéndome el coco.
Insisto en la teoría de la invasión de ladrones cuando los chavales del instituto, en su ingenuidad, me aseguran que este personaje es un tal Papá Noel y que "trae regalos y eso".
Por supuesto, yo no me lo creo. ¡AQUÍ, LOS REGALOS SIEMPRE LOS HAN TRAÍDO LOS REYES MAGOS! Por eso, el día 6 de enero de cada año, se aparca todo el republicanismo militante y nos pasamos al bando de la mágica monarquía.
Desgraciadamente, la luz se ha encendido: ¡llevaba yo razón: SON LADRONES! ¡QUIEREN DESPOJARNOS DE NUESTRAS TRADICIONES, DE NUESTRA CULTURA!... Pero también tienen razón los chavales, algo sí que traen: ¡La homogenización de la cultura, la macdonalización cultural! Y eso sí que da miedo.
Algo debo hacer. Tomo una decisión heroica: como decía aquella chirigota, "yo escribo mi carta a los Reyes Maaagooooos". ¡Resistiré!

1 Comments:

At 7:26 p. m., Blogger primeradecua said...

El cuenco de agua para que beban los camellos, esos seres del desierto que beben bastante poca, y esa noche seguro que es un buen momento para hacerlo, tienen esa sensación entrañable en nuestros hogares.
Por cierto, muy buena la expresión "la macdonalización cultural".

Que te traigan muchas cosas o las justas los reyes magos y carbón del rico.

Un abrazo.
Alí.

 

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